Reflexiones sobre #crowdfunding (II): contrapartidas

reflexiones sobre #crowdfunding ” es la serie derivada de “#crowdfunding de la semana” en la que comparto mis opiniones sobre el micromecenazgo tal y como se está normalizando a través de internet. Lo hago para poner en orden mis pensamientos y para intercambiarlos con los vuestros, así que ¡opinad, malditos!

En el primer artículo de la serie expliqué mi historia con el crowdfunding y los primeros pensamientos positivos al respecto. Hoy quiero hablar de mis suspicacias hacia el sistema en general, que básicamente eran dos:

¿Es el crowdfunding un sistema plutocrático?
Al fin y al cabo no deja de convertir la financiación en algo plutocrático: quien más dinero tiene más decide sobre la producción cultural. ¿Es una renuncia al control público y democrático de la producción cultural e intelectual del país?

¿Es el crowdfunding un sistema regresivo?
Al no diferenciar a los mecenas por su nivel de renta, ni ser una aportación obligatoria, ¿se está aceptando que algo que supuestamente es necesario (el desarrollo cultural e intelectual de una sociedad) sea aportado voluntariamente por los individuos en lugar de de forma obligatoria por su nivel de renta? Esto además me produce más contradicción, ya que me da la sensación de que en el estado español el crowdfunding tiene pocas posibilidades de recibir el mismo apoyo que por ejemplo en EEUU o Francia, al menos mientras aquí las desgravaciones sean aún reducidas y sólo aptas para proyectos muy grandes (los costes asociados son muy altos y sólo se compensan en presupuestos a partir del medio millón, aproximadamente); pero las desgravaciones me parecen una opción impositiva que, por el bajo tipo impositivo medio en España, genera recaudaciones totalmente regresivas.

Y vosotros, ¿Qué opinais? ¿Cómo podemos enfocar el crowdfunding cultural desde una óptica democrática y de justicia social?