Korvosa descansa sobre la falda oeste de un volcán, la montaña más alta de la isla, a unos 2000 metros de altitud, en un antiguo cráter secundario. La forma del cráter permite que el viento proporcione aire limpio a buena parte de la ciudad.
Dos ríos nada negligibles la cruzan desde las minas –su pared oeste–. Desde su creación, el rio sur –el río de plata– se ha usado como fuente de agua potable y es un río de aguas cristalinas. El río norte –río hierro– se usa para recibir los lodos de la mina y no mejora conforme atraviesa la ciudad. Con el tiempo, se ha creado una separación por barrios, más pudientes conforme más al sur.
Barrio plata: barrio de nobles y governantes. Limpio, bien patrullado, ordenado… Lo más de lo más se llama, a menudo, el “barrio de mithril”, pero no es un nombre oficial.
Bario hierro: barrio de comerciantes y artesanos, posadas y restaurantes. Denso pero no apretado. Algún que otro liberto.
Barrio mena: barrio humilde, más conforme más al norte (dónde se acumula el hollín en el recoveco del cráter) y corriente abajo. Sólo recive el sol durante las últimas horas, de manera que es un barrio frío… salvo en verano, cuando el sol y el hollín se unen en un bochorno que mata a más de uno. Además, la costumbre de aquellos que no han nacido esclavos de llevar el hombro descubierto tampoco les ayuda. Sus hijos proporcionan buena parte del mercado negro de esclavos.
Barrio ganga: barrio no reconocido, a extramuros, de cabañas, chabolas y casuchas. El barrio al cuál acuden los nigromantes con ganas de probar nuevos conjuros sin el más mínimo pudor.
Minas: proporcionan trabajo a buena parte de la población, libre y esclava, de manera más o menos directa.
Volcán: además de las minas, covachas por explorar y demás, es la sede de la corte real. Del palacio subterráneo y los laboratorios de magos, tanto más importantes cuanto más altitud.
Falda este: la falda este, a merced de vientos helados que se alzan desde el mar provenientes del NE y de humos tóxicos de infinidad de chimeneas volcánicas, es el refugio de una miríada de tribus góblins que han encontrado un lugar en el cuál los humanos no compiten.
Sólo para que la gente se pueda ambientar un pelín:
Imagen de Ben Wootten (“Old Korvosa Slums” para la publicación Pathfinder de Paizo) que ilustra el barrio de chabolas de Korvosa, donde los PJ habitan ahora.
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