Jugadora Mari Pueyo
Apodos Pry, El gallina, …
Orígen Lania (norte)
Género Varón
Especie Humano
Edad 17
“En serio, que no quiero tanto a la tata…”
Descripción
Nacido, como su gemelo, pelirrojo y de ojos verdes, aunque conserva lo primero sus ojos son ahora de un intenso azul eléctrico que le tiene, cuanto menos, acongojado. No muy alto, considerablemente atractivo, Prydari sabe cuan bueno está (su hermano gemelo esera el recordatorio constante) y tal vez por eso nunca le ha preocupado su aspecto más allá de lo imprescindible. Por eso, a pesar de su crianza, se le puede ver desaliñado y con barba de varios días, que, por cierto, es de un sexy que te cagas.
Y aunque no es tan pejiguero como su hermano (a él se la trae más bien floja) si puede escoger vestirá en tonos azules y blancos. El negro es para los sosos y/o los muertos… Y el azúl le sienta tan bien…
Biografía
Supuesto único hijo varón del clan de los Lebeau, Prydari ha compratido su vida con su hermano Lyth desde que nació, pasando la mitad de su infancia alejado de ojos ajenos y la otra mitad mordiéndose la lengua para no contarle al mundo que en realidad eran dos. De pequeños era un juego divertido y de mayores ya se habían acostumbrado a ello. Así, Prydari vivía más o menos tranquilo en la capital de Lania, encontrandose con sus novios, esquivando a las novias de su hermano, huyendo de los tipos a los que su hermano retaba y metiendose en alguna que otra escaramuza involuntaria, culpa de su hermano las más de las veces.
Un día, estando Lyth de permiso en casa (pues estaba estudiando magia con ese peazo de tío bueno que es el rey, el muy…), les llegó una carta por la que supieron que su hermana había sido secuestrada y que sólo sería intercambiada por un mapa de algo llamado La Isla de los Piratas.
Pry y Lyth investigaron y se dieron cuenta, para horror de Pry, que sólo en el sur podían , tal vez, dar con ello. Contrataron a un grupo dispar de aventureros para que les ayudaran en su empresa y partieron hacia el sur. Prydari nunca se ha arrepentido más de algo.
Desde entonces ha sido (no precisamente en este orden) vapuleado, golpeado, malherido, atacado por muertos vivientes y por seres vivos, vendido como esclavo, hecho prisionero, teleportado de un lado a otro, maldecido, sepultado por un alud, casado, curado por un clérigo de la tiranía, resucitado por unas diosas del mal rollo, vampirizado, asesinado, violado por una orca y otro montón de cosas horribles más que ojalá su cerebro no recordara.
Por otro lado, y aunque eso nunca se lo oiréis decir a él, este viaje le ha servido para descubrir cuan poderoso es el mal y cuanta gente hay en el mundo dispuesta a sacrificar su vida por detenerlo. Ha descubierto también un modo de superar todos sus miedos (oh, poderoso alcohol) y a un dios cuya filosofía de vida parece no sólo adecuada si no, además, sensata.
Desde que sigue a Rincewind, Prydari ha aprendido a hacer un par de conjuros, que aunque no le han quitado el miedo a la magia, si le han abierto un poco la mente (un pelín chiquitirrín?). También ha descubierto que, cobarde o no, hay cosas que no está dispuesto a tolerar, la tortura o la esclavitud entre ellas. Ha aprendido también a no dejarse llevar por los prejuicios (los orcos y los humanos pueden convivir en relativa paz)… Vaya, no demasiado.
Además, sin darse cuenta, empezó a desarrollar facultades psíquicas que está encontrando terriblemente últiles en la batalla. Eso y la mécanica (como mola eso de hacer de Mcgyver) son cosas que no le molestaría mejorar.
Hace poco su madre le casó por poderes con una noble de Lania y está esperando dos hijos: uno de la orca mencionada más arriba y otro de su novio/prometido/marido/lo-que-sea-exactamente a quien Pry prefiere no preguntar demasiado. Además de todo eso, no está muy seguro de si está o no casado también con la muchacha gitana que secuestró sin querer y que ahora está viviendo con su madre.
¡Oh! Y
habla en florido verso
desde que el dios de
las bromas decidió maldedirles,
y eso es una putada.
¡Oh, destino
adverso!
Era mucho más
fácil insultar a sus compañeros, y zaherirles,
sin usar tanta rima
trillada
Además, como “pasatiempo”, se ha autoimpuesto la tarea de hacerle ver a Joshüe, el ángel, que entre el blanco y el negro existen toda una gama de grises que, tal vez, debería tener en cuenta.
Actualmente, tras una horrible experiencia en Mablast (viaja, dicen, te harás un hombre.. ¡que se lo digan a Lyth!), donde, por culpa de Cyan Atsingani, andaban más perdidos que un pulpo en un garaje, han regresado a su misión original y se encuentran en Korvosa, capital de los invasores en Lania Sur.
Allí, siguiendo un plan alternativo de última hora (sí, sí, estaba todo calculado, vaya que sí), se ha alistado a la milicia para estar más cerca del castillo y del cartógrafo real. El hecho que la noche anterior se emborrachara y se acostará con más de un soldado no tiene nada que ver. Nada en absoluto. Que va.
Personalidad
Quienes le conocen saben a los pocos minutos que Prydari es, sobretodo, cobarde y gay. Y tienen razón. Pry es tan cobarde que sólo borracho tiene el valor de hacer aquello que otros héroes hacen sin pestañear ni despeinarse, y aún así, sabiéndolo, es capaz de emborracharse por su hermano, sus amigos e incluso algún que otro desconocido. Y sí, es gay, un gay convencido y muy practicante que puede llegar a rozar la misoginia si una mujer osa tirarle los tejos (¡¡argh, tetas!!)
Quienes le conocen algo más a fondo saben que es, además, irritable, testarudo, egoista, faltón, malhablado, superficial, de humor cambiante e inestable y, sobretodo, un peñazo de tío cuando está malhumorado, que es las más de las veces.
Los que viajan con él no negarán nada de todo eso. Él tampoco lo negaría. Y aún así, a regañadientes, añadirían que es leal, honorable, compasivo, mañoso, atento (a su modo), firme en sus convicciones morales y, a ratos, incluso divertido.
Además de todo esto, sus amantes conocen a un Prydari seductor y encantador que nadie del grupo ha tenido el placer de conocer aún. Y no por falta de ganas de éste (sosos todos).
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